
Exfoliar tu cara es fundamental para una buena rutina de mantenimiento de la piel y mantener la piel grasa en condiciones. Aunque tengas mucho cuidado de desmaquillarte y limpiarte la cara a diario, siempre hay un sucio que se va acumulando en el rostro. Además, las células muertas se van acumulando sobre la piel de la cara y van tapando los poros. Es por eso que es importante exfoliarse como mínimo una vez a la semana. La exfoliación debería hacerse con productos no demasiado fuertes y acompañados de agua. La idea es que con cuidado elimines la capa de células muertas, no que te raspes la piel con un papel de lija.
En ON Mujer te damos algunas recetas para hacer cremas exfoliantes en tu propia casa con ingredientes naturales. Recuerda que el proceso es siempre el mismo, aplicar con movimientos circulares (sin exagerar y sin rasparte la piel), luego enjuagar con cuidado y aplicar tu crema humectante de siempre.
Exfoliar con Café
Puedes mezclar tu crema limpiadora o humectante con café ya usado (o sea, el que ya usaste en la cafetera y sueles botar a la basura). Por supuesto, ya que el café puede descomponerse, haz solamente la porción que usarás ese día.
También puedes usar el café con una crema corporal para exfoliar la piel de todo tu cuerpo. Lo más cómodo es hacerlo en la ducha, luego te bañas como acostumbras y aplicas crema humectante para finalizar.
Exfoliar con Azúcar
El azúcar es la sustancia más usada para hacer exfoliantes caseros. Todos solemos tener azúcar en nuestra cocina y, además, tiene la ventaja de que va disolviéndose con los movimientos, de manera que es difícil que llegue a raspar la piel.
Receta 1 con azúcar. Mezcla 2 cucharadas de azúcar con el jugo de medio limón. Recuerda que el limón mancha con el sol. Todo lo que hagas con limón hazlo de noche y limpia bien tu cara para que no queden residuos.
Receta 2 con azúcar. Mezcla 2 cucharadas de azúcar con 2 cucharadas de aceite de oliva.
Receta 3 con azúcar. Puedes mezclar un poco de crema con 1 cucharada de azúcar moreno.
Receta 4 con azúcar. Para esto necesitas 1 plátano bien maduro y 3 cucharadas de azúcar.Aplasta todo junto hasta que quede una pasta sin grumos.
Exfoliar con Leche
La leche suele exfoliar levemente la piel, ya que el ácido láctico desincrusta las células muertas.
Receta 1 con leche.
En este caso, se mezclan 2 cucharadas de leche en polvo, otras 2 cucharadas de avena molida y una cucharadita de maicena. A esto se le agrega agua tibia y se mezcla hasta que forme una pasta. Lavar como se acostumbra.
Receta 2 con leche
3 cucharadas de avena, un chorro de leche hasta que se forme una pasta (que quede espesa). Aplicar como es habitual.
Se pueden hacer las mismas pastas cambiando la leche por yogurt natural.
Exfoliar con Miel
La miel es muy humectante, de manera que es estupendo usarla para exfoliaciones, ya que no solo elimina las células muertas, sino que también hidrata la piel.
Receta 1 con miel. 2 cucharadas de avena y 2 cucharadas de miel. Formar una pasta y aplicar.
Receta 2 con miel. 2 cucharadas de miel, 1 cucharada de linaza. Si queda muy espeso, aligerar con un poquito de agua tibia. Aplicar como es habitual. Algunas personas dejan la pasta en la nevera hasta que esté bien fría, de manera que además tenga un efecto descongestionante. La linaza no se disuelve, así que frota con cuidado.
Exfoliar con Sal
La sal tiene propiedades exfoliantes parecidas a las del azúcar, pero además, al ser la sal de grano más fino, tiene un efecto más delicado. Además, se disuelve incluso más rápido que el azúcar.
Receta 1 con sal. Usar suero de leche al que se agrega sal hasta que forme una pasta.
Receta 2 con sal. 2 cucharadas de aceite (almendra, coco, oliva, jojoba) y suficiente sal para que forme una pasta. Algunas personas también le agregan lavanda seca. Usar como acostumbras.
Exfoliar con Amapola
Las semillas de amapola tienen en sí varios ácidos grasos, que son muy buenos para la piel. Sin embargo, al ser semillas que no se disuelven, la exfoliación es muy fuerte. Hazlo con mucho cuidado. En este caso, se mezclan 2 cucharadas de semillas de amapola con suficiente aceite (de coco, almendras, oliva) para formar una pasta. Aplica con sumo cuidado.
Después de la exfoliación, es importante calmar la piel. Usa agua tibia para limpiarte, luego termina con agua bien fría. Puedes usar tu crema habitual para que la piel se recupere.