
Si quieres ponerte morena sin tener que exponerte al sol y por consiguiente a los dañinos rayos UVA que tanto perjudican a la piel, sin duda la solución de tu problema es un autobronceante. A pesar de que existen muchos mitos acerca del autobronceador, como la piel con tono naranja o las rayas antiestéticas, no hay nada de que preocuparse si se siguen los pasos correctos para su aplicación, y por supuesto, si usas un autobronceante de calidad.
Aprende cómo conseguir un bronceado parejo y natural con esta pequeña guía que te hemos preparado para aplicar un autobronceador.
Elige el autobronceador
Existen muchos tipos de autobronceadores en el mercado: los progresivos son aquellos que oscurecen la piel poco a poco, normalmente en unos días o semanas; los instantáneos son aquellos que actúan de forma inmediata al contacto con la piel.
Tanto los bronceadores progresivos como los instantáneos se pueden aplicar tantas veces como se necesite para conseguir el tono de piel deseado. Hay autobronceadores concebidos para pieles morenas, intermedias y claras. Si lo necesitas puedes adquirir uno específico para la cara pero siempre teniendo en cuenta que no despareje mucho del color del bronceador que emplees en el cuerpo.
La presentación de los bronceadores puede ser en crema, aerosol, toallitas, geles, mousse o espumas.
Autobronceador en crema
El bronceador en crema se caracteriza por su textura suave y untuosa, fácil de extender por todo el cuerpo, y que además suele incorporar crema hidratante en su composición, doble beneficio y ahorro. Piel Dorada de Dove, Holiday Skin de Johnson`s o Nutridoré de L´oreal son algunas de las mejores marcas de autobronceadores en crema que encontrarás en el mercado.
Autobronceador en aerosol
Son los más fáciles de aplicar, basta con apretar el spray para esparcir el autobronceador por el cuerpo. Dejan un acabado luminoso y duradero y algunos incorporan aceites esenciales y extractos como de coco o de mango lo que les da un olor delicioso. Sin embargo hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad ya que las zonas de cuerpo se podrían ver desparejas.
Elige aquellos bronceadores que sean humectantes, es decir, que lleven crema en su composición.
Los autobronceadores en aerosol más populares son: Nivea Sun, St. Tropez y Minesol Bronze de Roc.
Autobronceador mousse
De reciente aparición en el mercado destaca por su textura ligera y que se absorbe sin dejar rastro proporcionando un tono de piel perfecta. La mayoría son de efecto instantáneo como St. Morriz Tanning Mousse.
Los útiles necesarios
Además del autobronceador necesitarás: preparar tu baño cubriéndolo con una tela grande o plástico para evitar manchas y los útiles que vas a necesitar y que son:
– Un par de guantes: son imprescindibles para no mancharte las manos. Si prefieres no emplearlos asegúrate de limpiar tus manos con regularidad a lo largo del proceso ya que las palmas de la mano no se broncean.
– Jabón para limpiarte las manos si no tienes guantes.
– Un cuenco con agua y uno con zumo de limón para limpiar las zonas que no han quedado uniformes o más oscuras.
– Un rodillo o una espátula larga que te permita llegar a la zona de la espalda para extender bien el producto.
– Crema hidratante.
– Un útil para depilar la piel y dejarla sin vello; también puedes acudir a un centro de belleza previamente.
Exfolia la piel
Exfoliar la piel antes de la aplicación del bronceador es uno de los pasos más importantes si quieres conseguir un acabado luminoso, duradero y del tono deseado. La razón es sencilla: al exfoliar la piel dejamos al descubierto la capa nueva de la dermis que durará mucho más y el bronceado se fijará mejor. Antes de exfoliar asegúrate de que ya no tienes pelo visible.
Insiste en las zonas que tienden a acumular mayor número de células muertas, como las piernas y los brazos. Exfolia la cara con un producto específicamente diseñado para esta zona para evitar irritaciones.
No te olvides de dar un repaso a los codos y las rodillas; si no las exfolias bien el bronceado se verá más en estas zonas que en otras por el simple hecho de que se oscurecen más que otras partes de nuestra anatomía (lo mismo pasa cuando te expones al sol).
Las axilas y las plantas de los pies también los puedes exfoliar aunque allí no se aplica el autobronceador.
Tras la exfoliación date una generosa capa de crema y espera hasta que se absorba.
Seca bien la piel para que los restos de humedad no estropeen la aplicación igualada por todas las áreas.
Aplica el autobronceador
Si quieres aplicar el autobronceador correctamente sigue estas dos reglas de oro: aplica con movimientos circulares y siempre desde abajo hacia arriba.
Si has elegido el autobronceador en aerosol rocía el spray a distancia indicada y el tiempo estipulado; podrás encontrar las instrucciones en el interior de la caja donde viene el autobronceador.
Empieza por tus tobillos procurando que los lados de los pies no se manchen. Sube por los muslos hasta llegar a la tripa y seguidamente al pecho, la espalda (acuérdate del rodillo o espátula) y los brazos. No tienes que poner autobronceador en los antebrazos pero si lo aplicas sin querer pásate después de terminar el proceso una esponja suve humedecida con zumo de limón.
La cara es una zona delicada para aplicar el autobroceador y tendrás que ir con cuidado. Extiende desde la nariz hasta las mejillas y después pasa por la barbilla y la frente. Unta una gota de crema en las cejas si no quieres que se manchen. No untes mucho por debajo de la nariz ya que es una zona grasienta y que se tiende a ponerse de color oscuro facilmente.
No te olvides de aplicar un poco de producto en tu cuello y detrás de las orejas; si te haces una coleta y no has teñido estas partes enseguida se notaría la diferencia de tono.
Mezcla un poco de crema hidratante con el bronceador y aplica la loción en las zonas donde se supone que no te broncearías: pies, lados de los pies, codos, muñecas y rodillas. De esta forma lograrás que el bronceado no quede artificial por el alto contraste entre piel blanca y oscurecida.
Cuando termines lávate bien las manos y espera que el autobronceador se seque. Si es de efecto inmediato puedes repetir el proceso al cabo de 9 horas si te parece que la piel no ha quedado del color adecuado. Para los de efecto progresivo tendrás que esperar hasta que veas los resultados para poder repetir la aplicación, generalmente unos 2 días.
Pasos finales
Tras aplicarte el autobronceador necesitas que se seque bien. Por ello te recomendamos estar por lo menos una 1 hora y media sin vestirte, y si lo necesitas con urgencia que optes por ropa vaporosa y que no se pegue al cuerpo.
Procura no tocar nada ni sentarte en este tiempo, haz actividades que te permitan estar de pie hasta que se termine el proceso de secado.
Si quieres que el bronceante te dure más hidrata intensamente tu piel todos los días y mantenla humedecida. Es mejor pasarse con la crema que la piel se quede seca.
Al cabo de una semana más o menos (dependiendo de las características particulares de cada marca de autobronceador) el bronceado se irá yendo. Renueva en cuanto veas los primeros signos, lo mejor es repetir todo el proceso de cero que arreglar las zonas blanqueadas ya que volvemos a lo mismo, quedaría un dorado desparejo.
Como puedes ver el proceso de autobronceado en la comodidad de tu hogar no es difícil si sigues los pasos indicados. Sólo tienes que escoger el tipo de bronceante que más te guste y procurar exfoliar y humectar bien todas las zonas del cuerpo. Tanto si eres rubia como morena puedes encontrar el autobronceador idóneo para tu tipo de piel y disfrutar de un tostado perfecto todos los días del año.